jueves, 14 de junio de 2012

ENVERS DES AIGUILLES


Voy a seguir contando cositas del verano del 2006. Después de escalar la Punta Lachenal, pasamos el dia siguiente paseando en bici. Queríamos ver una etapa del Tour de Francia que acababa en Avoriaz, así que cogimos la bicicleta de carretera y nos dimos una vuelta desde Taninges hasta Morzine-Avoriaz y vuelta. Luego pasamos la tarde en Chamonix planeando la siguiente escalada.


Subimos en tren hasta la estación de Montenvers, y desde allí andandito hasta el refugio de Envers des Aiguilles.


El paseo es espectacular. Escaleras infinitas para bajar al glaciar...


Morrenas de hielo y roca impresionantes...


Andando por el glaciar como por un desierto de hielo...


Y más escaleras para volver a salir del glaciar.





La aproximación al refugio es larga. Hay que tomárselo con tranquilidad.


Eso sí, el pateo merece la pena, aunque no sea para escalar, pues el lugar no puede ser más bonito.





Ya en el refugio descansamos un rato, nos secamos el sudor y salimos a inspeccionar la aproximación a la Aiguille du Roc, donde escalaríamos al día siguiente.


Elegimos la vía "Subtitules Dulferiennes". 550 metros, TD+, (5c obligado). Buena ruta. Encontraremos algunos clavos, pero mayormente a equipar. Alguna reunión también puede ser necesario reforzarla. El diedro inclinado del los largos 11 y 12 es único.


Miguel hizo el primer y segundo largo en uno. 5c y 6a+.


Tercer largo, 4b.


Cuarto y quinto largo, 5c.


Llegando a la reunión tras el sexto y séptimo largo, 4b y III.


Octavo y noveno largo, 4c y 5b.


El diedro inclinado que recorre los largos 11 y 12, 5c.
Después del diedro, escalamos otros tres largos, 5b, 5c y 6a, y llegamos a una terraza común con la vía "Tout va mal". El cielo se fue cubriendo a lo largo de la mañana, y ya en la terraza los nubarrones eran especialmente negros, y empezó a atronar, así que aprovechamos la coyuntura, y a falta de tres largos para terminar la vía, descendimos por los rápeles de "Tout va mal". 
Con los nervios de la retirada y el lío de desencordarse, quitarse la mochila, abrigarse y volvérsela a poner, mi cámara de fotos sufrió un percance. Culpa mía, que sólo la llevaba enganchada en la mochila. El caso es que se tiró al vacío golpeándose varias veces durante la caída, y terminando por parar en el nevero...
Afortunadamente, la encontramos, y recuperamos la tarjeta y las fotos...


pero la cámara quedó inservible...



Descendimos hasta el refugio, ya lloviendo a mares, y esperamos durante una hora a ver si paraba. No lo hizo, y teníamos pocas ganas de pasar otra noche en el refugio, así que, así, lloviendo, cargamos con la mochila y nos fuimos de vuelta a Montervers. Cuando llegamos a la estación del tren, como era de esperar, ya había salido el último, con lo que tuvimos que regresar a patita a Chamonix, como los clásicos...

La reseña que utilizamos está en el libro "Massif du Mont-Blanc, Envers des Aiguilles" de Michel Piola.

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